que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total..
. Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada.
La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por tanto, lo trataba
como si fuera de la familia. El rey sentía un inmenso respeto por el anciano,
de modo que también lo consultó. Y éste le dijo:
, y en una ocasión me encontré con un Sacerdote. Era invitado de tu padre
y yo estuve a su servicio. Cuando se iba, como gesto de agradecimiento,
me dio este mensaje, el anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló
y se lo dio al rey. Pero no lo leas le dijo, mantenlo escondido en el anillo.
Ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres
salida a la situación.
Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida:
enfrente había un precipicio y un profundo valle; caer por él sería el fin.
Y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino.
Ya podía escuchar el trotar de los caballos. No podía seguir hacia delante
y no había ningún otro camino...
que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos.
El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido.
Aquellas palabras habían resultado milagrosas.
en la capital hubo una gran celebración con música, bailes...
y él se sentía muy orgulloso de sí mismo. El anciano estaba
a su lado en el carro y le dijo:
de la muchedumbre que celebraba y bailaba, pero el orgullo, el ego,
había desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje.
Se había iluminado. Entonces el anciano le dijo:
son permanentes.
Qué bueno! Gracias por compartir
ResponderEliminarGran y sencillo mensaje a tener presente en todas y cada una de las experiencias que tengamos que vivir.
ResponderEliminarGracias por compartir tan lindo mensaje.
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