"Los conflictos emocionales son un factor desencadenante de cáncer"
Joan Vial-Jové, cirujano oncólogo
Teresa Forcades da testimonio del MMS
CIRUJANO RECONOCIDO MUNDIALMENTE RECONOCE LAS VERDADERAS CAUSAS DE ENFERMEDADES CARDIACAS.
EL ORIGEN DEL MAL - ENTREVISTA CON DR .HAMER
LA CURACIÓN DEL CANCER - ENTREVISTA CON DR HAMER
El corazón tiene cerebro...La única diferencia entre una célula enferma y una célula sana es un cambio de emoción.
No hay milagros es solo un cambio natural en nuestros cuerpos.
La médula espinal capta como una antena todos esos cambios y altera nuestro código genético de acuerdo a lo que necesitamos.
No. Se ha descubierto que el corazón contiene un sistema nervioso independiente y bien desarrollado con más de 40.000 neuronas y una compleja y tupida red de neurotransmisores, proteínas y células de apoyo.
Gracias a esos circuitos tan elaborados, parece que el corazón puede tomar decisiones y pasar a la acción independientemente del cerebro; y que puede aprender, recordar e incluso percibir. Existen cuatro tipos de conexiones que parten del corazón y van hacia el cerebro de la cabeza.
La comunicación neurológica mediante la transmisión de impulsos nerviosos. El corazón envía más información al cerebro de la que recibe, es el único órgano del cuerpo con esa propiedad, y puede inhibir o activar determinadas partes del cerebro según las circunstancias.
Puede influir en nuestra percepción de la realidad y por tanto en nuestras reacciones.
La información bioquímica mediante hormonas y neurotransmisores. Es el corazón el que produce la hormona ANF, la que asegura el equilibrio general del cuerpo: la homeostasis. Uno de sus efectos es inhibir la producción de la hormona del estrés y producir y liberar oxitocina, la que se conoce como hormona del amor.
La comunicación biofísica mediante ondas de presión. Parece ser que a través del ritmo cardiaco y sus variaciones el corazón envía mensajes al cerebro y al resto del cuerpo.
La comunicación energética: el campo electromagnético del corazón es el más potente de todos los órganos del cuerpo, 5.000 veces más intenso que el del cerebro. Y se ha observado que cambia en función del estado emocional. Cuando tenemos miedo, frustración o estrés se vuelve caótico.
Sí. Y sabemos que el campo magnético del corazón se extiende alrededor del cuerpo entre dos y cuatro metros, es decir, que todos los que nos rodean reciben la información energética contenida en nuestro corazón.
El circuito del cerebro del corazón es el primero en tratar la información que después pasa por el cerebro de la cabeza. ¿ No será este nuevo circuito un paso más en la evolución humana?
Hay dos clases de variación de la frecuencia cardiaca: una es armoniosa, de ondas amplias y regulares, y toma esa forma cuando la persona tiene emociones y pensamientos positivos, elevados y generosos. La otra es desordenada, con ondas incoherentes.
Sí, con el miedo, la ira o la desconfianza. Pero hay más: las ondas cerebrales se sincronizan con estas variaciones del ritmo cardiaco; es decir, que el corazón arrastra a la cabeza. La conclusión es que el amor del corazón no es una emoción, es un estado de conciencia inteligente.
Ya ve, el cerebro del corazón activa en el cerebro de la cabeza centros superiores de percepción completamente nuevos que interpretan la realidad sin apoyarse en experiencias pasadas. Este nuevo circuito no pasa por las viejas memorias, su conocimiento es inmediato, instantáneo, y por ello, tiene una percepción exacta de la realidad.
Está demostrado que cuando el ser humano utiliza el cerebro del corazón crea un estado de coherencia biológico, todo se armoniza y funciona correctamente, es una inteligencia superior que se activa a través de las emociones positivas.
Es un potencial no activado, pero empieza a estar accesible para un gran número de personas.
Cultivando las cualidades del corazón: la apertura hacia el prójimo, el escuchar, la paciencia, la cooperación, la aceptación de las diferencias, el coraje…
Es la práctica de pensamientos y emociones positivas. En esencia, liberarse del espíritu de separación y de los tres mecanismos primarios: el miedo, el deseo y el ansia de dominio, mecanismos que están anclados profundamente en el ser humano porque nos han servido para sobrevivir millones de años.
Tomando la posición de testigos, observando nuestros pensamientos y emociones sin juzgarlos, y escogiendo las emociones que nos pueden hacer sentir bien. Debemos aprender a confiar en la intuición y reconocer que el verdadero origen de nuestras reacciones emocionales no está en lo que ocurre en el exterior, sino en nuestro interior.
Cultive el silencio, contacte con la naturaleza, viva periodos de soledad, medite, contemple, cuide su entorno vibratorio, trabaje en grupo, viva con sencillez. Y pregunte a su corazón cuando no sepa qué hacer.
EN EL CAMPO DE LA ONCOLOGÍA
Por el Dr. Juan Carlos Durán - Las Palmas de Gran Canaria - Diciembre de 2012
La Medicina Integrativa dejó de ser un
proyecto para convertirse en una realidad, y
hoy en día ya no se discute la relación entre
el cuerpo y la mente y su impacto directo
sobre la salud o la enfermedad. No solo
contamos con publicaciones y libros de texto
sobre Medicina Integrativa (*), sino que,
centros de prestigio mundial en la lucha
contra el cáncer cuentan con activos
programas de Medicina Integrativa, como ser
el M. D. Anderson de Houston o el
Memorial Sloan-Kettering de Nueva York (http://www.mskcc.org/cancercare/integrative-medicine).
El cáncer es una enfermedad compleja, que tiene en su génesis múltiples factores que
contribuyen a su expansión y diseminación. Si partimos de esta premisa podremos
comprender fácilmente los objetivos de la Medicina Integrativa, que no son otros que
crearle al cáncer un medio hostil que permita al organismo desarrollar los mecanismos
intrínsecos del individuo, para hacer frente a la enfermedad.
La restitución de la salud es el primer objetivo. Y de no ser posible la remisión completa
de la enfermedad el objetivo es prolongar la supervivencia del paciente, transformando
el cáncer en un proceso crónico con el énfasis puesto en una buena calidad de vida.
Desde la Neurociencias (Psico-Neuro-Inmuno-Endocrinología) sabemos que el cerebro
con su neuroplasticidad necesita tres meses para establecer nuevas conexiones
neuronales y consolidar de este modo nuevos circuitos saludables. Desde la Fundación
Salud, Stella Maris Maruso nos enseña magníficamente como hacerlo
(http://www.fundacionsalud.org.ar/home.php9).
Así es como creamos nuevas herramientas para que el paciente pueda afrontar lo que
suele suponer el reto más importante de su vida, asumiendo el rol protagónico de su
propia historia personal. De esta manera su organismo estará preparado para colaborar
con los tratamientos convencionales que tenga que afrontar, llámese cirugía,
radioterapia, quimioterapia o inmunoterapia o una combinación de todos ellos.
La Psico-Neuro-Inmuno-Endocrinología ha aportado muchísimo, al enseñarnos los
mecanismos intrínsecos del estrés y como éste afecta en forma negativa a nuestro
sistema inmunológico. Y que dicho sistema, contrario a lo que se creía antes, es muy
dinámico y está constantemente interconectado con el cerebro y con el sistema
endocrino. Pero fundamentalmente ha aportado claridad al establecer las bases
bioquímicas de la relación entre la mente y el cuerpo.
Desde la Medicina Integrativa tenemos los conocimientos necesarios para reeducar al
paciente, entrenándolo en el campo de la alimentación, en el manejo de la emociones y
en cómo combatir el estrés, creando así nuevos y saludables hábitos de vida.
La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) recomienda los tratamientos
complementarios sugeridos desde la Medicina Integrativa en el campo de la Oncología:
http://www.oncosaludable.es/es/inicio/terapias-integrativas
Gracias Zandy, por esta nueva pestana que has agregado,toda la informacion es muy util,vamos por buen camino.para continuar compartiendolo con todos. abrazos.
ResponderEliminarDe nada Irvin. Ahora tenemos también página en facebook: El Camino Cosmico
EliminarUn abrazo y feliz Navidad!!