Yo lo intuí hace años cuando, enferma y sabiendo que ningún tipo de tratamiento halopático podía curarme, descubrí otras vías terapéuticas basadas en la integración de todo mi ser. Un ser que yo desconocía y que era mucho más que un cuerpo físico.
La certeza de saber que era así, me hizo empezar a tirar del hilo del aprendizaje, del descubrimiento, del camino del asombro permanente y el entusiasmo constante al abrirse ante mí un mundo muy antiguo y a la vez innovador, que resonaba y me motivaba a medida que lo descubría. Ese descubrimiento sólo estaba basado en la observación de la realidad, la mía y la de personas que con su ejemplo vital están ayudando a que no tengamos miedo a decir que una nueva medicina existe. Una medicina que une lo visible y lo invisible, lo oculto y lo que siempre se muestra.
Esa nueva medicina queremos desarrollarla, crearla, orientarla por el camino de la co-operación, de la co-laboración de todos los que han estado siempre en el camino de la ayuda a los demás. Como médico, que tengo la fortuna de conocer ambos mundos, sé de la frustración y de la angustia de mis compañeros que integrados en lo oficial, en lo aceptado, son testigos de las limitaciones de una medicina protocolizada y rígida, acorde con una sociedad centrada únicamente en la materia. Así como también conozco el sufrimiento de los que han ayudado, siempre, desde el cuarto cerrado y oscuro de la marginación. En estos momentos, la Luz se cuela por las rendijas de los hospitales y de esos cuartos oscuros; quiere iluminar, quiera dar calor.
El Symposium de Médicos y Sanadores, celebrado en Barcelona en septiembre del pasado año, ha puesto luz, ha dado calor a tantos que deseamos dar respuestas a las preguntas que nacen en el corazón de las personas que encuentran la enfermedad en su camino. Hallar nuevas fórmulas, aceptar nuevos paradigmas, desarrollar nuevas vías terapéuticas colectivas sólo se puede hacer a través de un camino, el de la observación de la realidad, que es como la ciencia siempre ha avanzado.
En ese deseo de observar y conocer inicié hace un año un proyecto de investigación en la terapia con el toque zen, en el que ya algunos compañeros médicos han empezado a trabajar.
Colaborar entre todos es necesario y sólo con el testimonio vital de aquellos que han superado la prueba de una enfermedad incurable por lo conocido a través de lo desconocido, se nos podrá enseñar el camino.
Necesitamos tu ayuda, necesitamos tu ejemplo para avanzar, para conocer, para mostrar y demostrar que a través del toque zen, del reset o de cualquier otra técnica terapéutica se puede también alcanzar una salud que todos, en algún momento de nuestra vida, hemos necesitado recuperar.
Gracias, gracias, gracias".
Natalia Prego ( médico de familia).
Contacto: natalia.prego@hotmail.com
Es absurdo lo que dice esta doctora y muchos manifestantes más la única verdad y el único camino que debemos seguir es Dios
ResponderEliminarAhhh sí. Ella se basa en evidencia científica. Ahora dime, qué es lo que Dios quiere pues? Yo soy creyente, pero Dios no va a bajar aquí y decirle a la gente que tiene que hacer. Natalia habla de punto de vista científica con verdades demostrado. No sólo ella sino cientos de médicos. En que te basas al decir que todo lo que dice ella y otros manifestantes es absurdo? Teorías o hechos demostrables? Eres médico acaso? Y si lo eres porque no organizo un debate entre tú y Natalia. Das tus argumentos y ella dará los suyos. Es lo justo no crees?
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