miércoles, 28 de enero de 2015

El Juego...


Os suena...?

“EL JUEGO”
HABÍA UNA VEZ un grupo de ángeles que decidió volver a la Tierra en un lugar y un momento determinado.

Estos ángeles pertenecían a una Orden, una Gran Familia que en muchas ocasiones se había encontrado en la Tierra. Todos ellos eran viejos conocidos que nuevamente volvían a la Tierra a jugar el juego de la Dualidad.
Este regreso era en un tiempo muy especial, un tiempo de cambios para el planeta y un gran paso para todo el universo que estaba atento a este acontecimiento.
Todos ellos eran voluntarios y sabían que era muy importante lo que iba a ocurrir en esta vuelta, y por supuesto que no sería fácil, pero estaban siendo monitoreados constantemente por el resto de la Gran Familia que permanecía aún detrás del Velo.
La familia volvió y se encontró en uno de los tantos grupos que llegaban como voluntarios para el cambio. Todos los ángeles traían su disfraz de “humanos limitados”, “humanos comunes y corrientes”.
Todos habían aceptado olvidar su origen, su poder ilimitado, su “magia” para poder participar en el juego. Habían acordado que uno de ellos, cualquiera, tomaría el rol de “maestro”, para mostrarles la forma de “descubrir”, “recordar”, quiénes eran. Y lo grandioso era que podrían utilizar su poder estando en este planeta en la medida en que avanzaran en el juego sin quitarse el disfraz de humanos. También estaba la posibilidad de que ellos despertaran por sí mismos sin necesidad del “maestro”, lo cual sumaba muchos puntos para todo el grupo.
El juego era divertido, honrado por el sólo hecho de jugarlo. No existían los “errores”, no había “correcto” o “incorrecto”. Sólo había que jugar.
Existía una forma de avanzar rápidamente en el juego, y todos ya lo sabían porque antes de venir había sido grabado para que no se olvidara: “Trabajen juntos, mientras estén juntos tienen el poder ilimitado del TODO, no existe otra forma de avanzar. Si se separan se disgrega el gran poder de la Familia y muchos de ustedes se perderán y olvidarán su identidad. Si olvidan quedarán atrapados en una ilusión. Luego podrá pasar mucho tiempo terrestre hasta que vuelvan a recuperar la posibilidad de avanzar, y quizás ya no puedan jugar con el grupo inicial”.
Todo ocurrió según lo previsto. La familia se fue reuniendo y todos jugaron el Gran Juego. 
El que había tomado el rol de “maestro” lo representó muy bien e hizo todo lo que se suponía que debía hacer. Los demás, los del papel de “alumnos”, también estuvieron fantásticos en su papel e hicieron todo lo que se esperaba que hicieran.
Pero hubo un hecho que hizo que muchos de los ángeles se rascaran la cabeza con preocupación. Algunos de los jugadores se encontraron tan a gusto en su papel de “alumnos” que comenzaron a aceptar las limitaciones, comenzaron a negar su poder y se estancaron en el juego. Cada vez más ángeles rechazaban su “magia” y se rendían ante la figura de su compañero, aquel que jugaba en el rol de “maestro”. Y el maestro solo no podía avanzar mucho porque necesitaba del resto, los necesitaba a todos y cada uno para que funcionara el plan.
El juego comenzó a hacerse más y más lento. La Familia siguió observando y honrando a los jugadores pero se preguntaba qué ocurriría si el Juego se detenía.
Este Grupo tenía una misión muy importante dentro del juego, ellos debían avanzar en la vanguardia despertando y abriendo caminos para que más tarde el resto de los “humanos” pudiera hacer lo mismo siguiendo su estrategia. Pero no era el único grupo. Muchos grupos de otras Órdenes estaban haciendo lo mismo. Si éste no lo lograba había otros que lo harían tarde o temprano.
El ángel que jugaba como “maestro” también se preocupó mucho al ver que sus compañeros quedaban atrapados en la ilusión y comenzaban a separarse del Grupo, así que hizo todo lo que estuvo a su alcance para traerlos nuevamente hacia la Familia. Utilizó todo su poder, su inmenso poder (aquel que era igual al que cada uno de los demás traía) e intentó avanzar de esa forma. 
Pero las reglas no lo permitían. No servía que unos pocos jugaran, todo el grupo debía avanzar unido. 
Existía la opción de que el Amor generado por la mayoría despertara y atrajera a los demás y así se avanzaría, pero la energía aún no era suficiente... todavía faltaban muchos.
De esta forma ocurrió algo que impactó a Toda la Familia. El “maestro”, en todo su Amor, decidió sacrificar su posición, eliminar la figura que era la causa del bloqueo en el Juego, así que se autodestruyó, volvió detrás del Velo en donde estaba la Gran Familia para seguir desde allí.
El tablero tambaleó y al principio muchos ángeles sintieron que el Juego terminaba para el grupo. Casi todos, en alguna medida, se habían apoyado en el “maestro” y al destruirse no sabían cómo se mantendría unida la Familia.
Nadie sabía qué iba a ocurrir o cómo avanzarían en el Juego. Toda la estrategia había sido diseñada en base a la existencia de un “maestro”.
La mayoría intentó RESISTIR, seguir como habían venido jugando y confiar en su poder. Y era lo que se esperaba de ellos. Estaba bien, pero no alcanzaba, la estrategia original ya no funcionaba.
Otros lloraron la pérdida del compañero “maestro” y aunque no olvidaron comenzaron a mezclarse con la ilusión. Siguieron esperando por un “maestro”, otro “maestro” que volviera para poder seguir. Para ellos el Juego no podía seguir sin un “maestro”. Pensaron que la Gran Familia iba a enviar otro maestro, que iba a “autorizar” a alguno de los jugadores para que se creara el rol nuevamente. Y se preguntaban si era posible esto, siendo que el maestro anterior se había autodestruido justamente para que el grupo asumiera su poder.
También estaba la opción de aceptar que ya no debía haber “maestros”, que esta etapa del Juego era sin maestros, que el Grupo avanzaría a pleno reconociendo su poder individual y reuniéndolo en un bloque. Pero nadie sabía cómo hacerlo aunque algo recordaban de tiempo atrás: “únanse, avancen juntos”.
Existen montones de posibilidades para jugar. El juego es eso, es un juego, no hay “correcto” o “incorrecto”. Para avanzar hay que reformular la estrategia, las cosas que antes funcionaron quizás ya no lo hagan. 
Sin la unión de la Familia no va a existir ningún avance. Algunos quizás estamos atrapados por la ilusión y vemos lo que queremos ver, o quizás no somos voluntarios para jugar el juego completo. Necesitamos de toda la Familia para romper las ilusiones y empujar todos juntos.
Las cosas están como debían estar. Tenemos que atravesar por esto. 
Si aún no tenemos lo que pretendemos es porque la Familia no lo generó, no lo hemos co-creado, no es culpa de nadie más.
Todos juntos lo podemos generar, lo podemos poner en el programa para que el Amor del Grupo acomode las cosas y rompa las ilusiones.
No necesitamos que venga nadie a rescatarnos. Lo que vendrá es lo que nosotros ELIJAMOS porque no dependemos de nada ni de nadie.
La vibración del Grupo es la que prevalece.

2 comentarios:

  1. Cuanta razón tienes Sandy.....como hemos llegado a eso? Porque no nos reunimos de vez en cuando?

    ResponderEliminar
  2. jonopa1@hotmail.com3 de febrero de 2015, 7:20

    Ya el juego dejó de ser divertido.......es hora de volver a casa!

    ResponderEliminar

Por favor al colgar un comentario que sea con consciencia sin afán de hacer daño, causar problemas y perjuicio a otros. Aquí no es un blog por debates ni para colgar links a material que podría perjudicar a otros lectores...
Comentarios ofensivos, de malas palabras o ofensas serán eliminado, al igual que comentarios que podría perjudicar a otros lectores.
Gracias y saludos
Sandy*