Otro cuento para pensar...Yo pasé muchos años siendo pato - ahora intento ser Águila...y tú?
Gracias Antonia por enviarmelo :-)
Harvey Mackay, nos cuenta una maravillosa historia acerca de un taxista,
historia que nos sirve de reflexión, para despertar y preguntarnos ¿Qué
estamos haciendo para tener la vida que merecemos?
Rodrigo estaba haciendo fila para poder ir al aeropuerto. Cuando un taxista
se acercó y lo primero que notó fue que el taxi estaba limpio y brillante.
El chófer bien vestido con una camisa blanca, corbata negra y
pantalones negros muy bien planchados, el taxista salió del auto dio la
vuelta y le abrió la puerta trasera del taxi. Le alcanzo un cartón
plastificado y le dijo: Yo soy Willy, su chofer. Mientras pongo su maleta
en el portaequipaje me gustaría que lea mi Misión.
Después de sentarse, Rodrigo leyó la
tarjeta: Misión de Willy: “Hacer llegar a mis clientes a su
destino final de la manera más rápida, segura y económica posible brindándole
un ambiente amigable”
Rodrigo quedo impactado. Especialmente cuando se dio cuenta que el interior
del taxi estaba igual que el exterior, ¡Limpio, sin una mancha! Mientras
se acomodaba detrás del volante Willy le dijo, “¿Le gustaría un café?
Tengo unos termos con café regular y descafeinado”.
Rodrigo bromeando le dijo: “No, preferiría un refresco” Willy
sonrío y dijo: “No hay problema tengo un hielera con refresco de Cola
regular y dietética, agua y jugo de naranja”. Casi tartamudeando Rodrigo
le dijo: “Tomare la Cola dietética” Pasándole su bebida, Willy le
dijo, “Si desea usted algo para leer, tengo el Reforma, Revistas,
Novedades y Selecciones…” Al comenzar el viaje, Willy le paso a
Rodrigo otro cartón plastificado,
“Estas son las estaciones de radio que tengo y la lista de canciones que
tocan, si quiere escuchar la radio” y como si esto no fuera demasiado, Willy le
dijo que tenía el aire acondicionado prendido y preguntó si la temperatura
estaba bien para él. Luego le avisó cual sería la mejor ruta a su destino
a esta hora del día. También le hizo conocer que estaría contento de conversar
con él o, si prefería lo dejaría solo en sus meditaciones.
- Dime Willy, le pregunto asombrado Rodrigo. ¿Siempre has atendido a tus
clientes así? Willy sonrió a través del espejo retrovisor. No, no
siempre. De hecho solamente los dos últimos años. Mis primero cinco
años manejando los gaste la mayor parte del tiempo quejándome igual
que el resto de los taxistas. Un día escuche en la radio acerca
del Dr. Dyer un “Gurú” del Desarrollo
Personal. El acababa de escribir un libro llamado “Tú
lo obtendrás cuando creas en ello”.
Dyer decía que si tú te levantas en la mañana esperando tener un mal día,
seguro que lo tendrás, muy rara vez no se te cumplirá. Él decía: “Deja
de quejarte. Sé diferente de tu competencia. No seas un
pato. Sé un águila. Los patos sólo hacen ruido y se quejan, las águilas se
ELEVAN por encima del grupo”. Esto me llego aquí, en medio de los
ojos, dijo Willy. “Dyer estaba realmente hablando de mí. Yo estaba todo el
tiempo haciendo ruido y quejándome, entonces decidí cambiar mi actitud y
ser un águila. Mire alrededor a los otros taxis y sus
chóferes… los taxis estaban sucios, los chóferes no eran amigables y los
clientes no estaban contentos. Entonces decidí hacer algunos cambios. Uno
a la vez. Cuando mis clientes respondieron bien, hice más cambios.
-Se nota que los cambios te han pagado, le dijo Rodrigo.
Si, seguro que sí, le dijo Willy.
Mi primer año de águila duplique mis ingresos con respecto al año anterior.
Este año posiblemente lo cuadruplique. Usted tuvo suerte de tomar mi taxi
hoy. Usualmente ya no estoy en la parada de taxis. Mis clientes hacen
reservaciones a través de mi móvil o dejan mensajes en mi contestador. Si yo no
puedo servirlos consigo un amigo taxista águila confiable para que haga el
servicio por mí.
Willy era fenomenal. Estaba haciendo el servicio de una limusina en un taxi
normal.
Está historia la he contado a más de cincuenta taxistas, y solamente dos
tomaron la idea y la desarrollaron. Cuando voy a sus ciudades, los llamo a
ellos. El resto de los taxistas hacen bulla como los patos y me cuentan todas
las razones por las que no pueden hacer nada de lo que les he sugerido.
Willy el taxista, tomó una diferente alternativa: Él decidió dejar
de hacer ruido y quejarse como los patos y volar por encima del grupo como las
águilas. No importa si trabajas en una oficina, en mantenimiento, eres
maestro, Un servidor público, “político”, ejecutivo, empleado o
simplemente del hogar, ¿Cómo te comportas? ¿Te dedicas
a hacer ruido y a quejarte? ¿Te estás elevando por encima de los otros?
“Por tú ACTITUD verás tus resultados”.
Que tus problemas sean menos, tus Bendiciones más y que sólo la
Felicidad entre por tu puerta. Yo también he sido pato y cada día estoy
dispuesto a SER ÁGUILA y volar alto.
Una gran historia.
ResponderEliminarGracias.
Yo ha aprendido muchas coses gracias a los libros del sr.Wayne Dyer...actualment estoy leyendo el Poder de la Intención un gran libro.Donde aprendes a valorar muchas cosas
ResponderEliminarPARECE HISTORIA,PERO ASI DEBERIA SER NUESTRO DIARIO VIVIR.
ResponderEliminarDE VERDAD QUE SE RECIBEN BENDICIONES TODOS LOS DIA .
Gracias Sandy! Excelente historia para concienciar.
ResponderEliminarUn gran abrazo!
Gracias Sandy por enviarnos este hermoso relato de nuestro desaparecido Wayne Dyer,me ha encantado,muy agradecida,bonita!!!!!
ResponderEliminarMuy inspiradora. Gracias.
ResponderEliminarExcelente mensaje..tenía que ser de Wayne Dyer 😊
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