lunes, 7 de diciembre de 2020

PREDICCIONES DE LUDOVICA SQUIRRU PARA 2021

Para quienes os interesa os dejo las predicciones para 2021 de Ludovica Squirru - hace años leo su horoscopo Chino y no suele fallar...: DEL CAOS AL ORDEN SISTÉMICO. Querido zoo: Fin de junio en Buenos Aires. Llueve. Vela roja. Ceremonias… Evoco a los guías, espíritus, para la predicción mundial. “Nada se pierde, todo se transforma”. Es un buen pase de ciclo entre la rata y el búfalo de metal. El 12 de febrero de 2021 llega el año del búfalo, el animal venerado en China desde la revolución de Mao, en el año 1949. Hasta esa fecha, el planeta seguirá encauzando el gong que produjo su amiga, socia, cómplice, aliada, la rata de metal. Este signo, el búfalo, es considerado en China el que representa el orden, la disciplina, el esfuerzo, el trabajo y los cambios sistémicos que tendremos que atravesar. Sabemos que el mundo cambió para siempre. Y es a nivel global. Algo estaba mal en nuestra historia de la humanidad o gran ciclo. Los cambios no serán iguales en cada continente, país, zona, imperio, o en los confines de la Puna. La debacle de la pandemia, la disrupción económica, el cambio de trabajo, empleo, la sustentabilidad, sobrevivencia tendrán tantos matices como los colores de la paleta de Van Gogh, Goya, Leonardo da Vinci, Berni o el Bosco. Estamos a la intemperie como humanidad. Solo el cielo y sus designios nos guiarán en la Tierra. O llegará el momento de trasladarnos a la galaxia siendo evacuados por sistemas o inteligencias superiores que finalmente se manifestarán. La fisonomía del planeta cambiará aun más durante el año del búfalo: sismos, temblores, tsunamis, inundaciones, incendios, sequías, devastación forestal se expresarán con furia. Desde hoy, comencemos con ceremonias para apaciguar a la Pacha, a Gaia, a los pocos recursos que quedan aún sin estar contaminados, y preservemos la biodiversidad. Cada ser humano tuvo una intervención sin precedentes en su sistema cerebral, emocional, físico. Podremos restaurar lentamente esta nueva identidad desde “otro lugar”: será aceptando el fin de un gran ciclo para sumergirnos en la nueva forma de adaptación humana, social, espiritual en el sitio donde la rata infectada nos arrojó. Lloraremos a la mitad de la humanidad: tal vez, su muerte nos enfrentará a la propia sin escapatoria. Revalorizaremos la vida, el eros, el milagro de haber nacido por la gracia del encuentro de nuestros padres biológicos y espirituales. Estaremos con el tercer ojo abierto: más lucidos, pisando lo que podamos con firmeza, sin apremios ni apuros, como el búfalo que ara la tierra en surcos para poder sembrar el arroz y seguir infatigablemente su faena. Quienes tengan medios económicos evacuarán las metrópolis para radicarse en la naturaleza: se poblarán lugares vírgenes en Sudamérica, con una oleada de inmigración histórica. Se recuperará la cultura del trabajo agropecuario. Florecerán PyME, empresas, principalmente familiares, que podrán reunirse para sanar la constelación familiar y bendecir la nutrición producto del esfuerzo. Europa atravesará la crisis más profunda desde la eurozona. Conflictos de intereses, bélicos, de inmigración que no aceptarán de las colonias y países diezmados de África, Asia y América cobrarán su peaje kármico. La idea del Brexit traerá hambruna, desocupación y enfrentamientos entre Irlanda del Norte y el Reino Unido. Indonesia, los archipiélagos asiáticos sufrirán enfrentamientos civiles y militares además de los fuertes ciclones y tsunamis, tendiendo a desaparecer en el fondo del mar. Es tiempo de buscar lugares en altura: montañas, colinas, y alejarse de las costas. Subirán los mares, océanos, debido al descongelamiento de icebergs en el polo norte y el polo sur. La OMS, Organización Mundial de la Salud, se disolverá a causa de estafas y asociaciones ilícitas que lucraron con la salud de la humanidad. A cambio volverá la medicina tradicional de cada región del mundo: la de los pueblos originarios, china, celta, de tradiciones vikingas, el chamanismo y las sanadoras. Los sistemas de salud privados se disolverán por falta de prevención, de acuerdos oscuros pospandemia, y viviremos la era de la “autocuración”. No creo tanto en la era del robot o cibernética aún. El búfalo nos llevará a cultivar la tierra que depredamos, ignoramos, subestimamos; nos enseñará a hacer ofrendas y a cultivarla con el sudor de la frente. Nuevas plagas azotarán el mundo: langosta, virus de animales, contagios de sarampión, tuberculosis, dengue y mal de Chagas. El mundo estará dominado y controlado por el autoritarismo en cada región. Ante la debilidad, el desastre ecológico, mental, y el agotamiento de la población, llegarán repentinamente desde Oriente, especialmente de China, nuevas invasiones. Es recomendable estudiar chino; sin duda será el idioma del siglo XXI. Habrá que refundar desde el ADN hasta el look. Los diseñadores de moda serán los encargados de reciclar lo que quede en nuestra casa, aldea, pueblo y rediseñar con menos plástico y más algodón nuestra vestimenta. El arte tendrá una pausa; la creatividad estará ligada al nuevo ciclo de expresión; desde redes, zoom, telepáticamente. En los pueblos, aldeas, volverá el teatro en las plazas, al aire libre y con la participación de nuestros mayores. Se reivindicará ser grande, la experiencia, el lugar que ocupa en la sociedad. El búfalo nos recordará cómo era el mundo hace cinco mil años, cuando Huangdi unificó China. Observaremos más el cielo y sus ciclos: estaciones, eclipses, señales. Habrá más avistamientos de ovnis y experiencias que lograrán hacernos recuperar la memoria galáctica. Tendremos que ocuparnos de abrazar lo desconocido con fe. Los velos se correrán: la crisis en la Iglesia Católica llegará a su fin. Nos empoderaremos. Durante el año de la rata, cada ser humano aprendió que sin cuidado y prevención personal la parca nos llevaría. Y el búfalo ordenará el caos hacia una etapa de armonía; dependerá de nosotros si es estable o repentinamente, al distraernos, retornaremos a una etapa aún más crítica en el año del tigre de “crónica de una muerte anunciada”. Tiempo de restricción, de prevención, de cuidados extremos a nuestra salud física, emocional y social. De compartir con la familia sanguínea o elegida los momentos más alegres y tristes de nuestra vida. Los seres humanos somos parte de la mutación de lo viejo a lo nuevo; estamos en etapa de cocción de un ser planetario, abierto, que pueda admirar el cosmos más que al materialismo. Entraremos en una nueva etapa de orden de valores éticos: lo que no fue ni pudo ser se derrumbará, o resultará catapultado. El tiempo es de cambios lentos a pesar del nuevo paradigma. No habrá un solo líder; en la comunidad se equilibrarán las decisiones, los intereses y el rumbo a seguir. Quien no esté de acuerdo o se rebele seguirá solo, sin contención social. Las potencias, al terminar el año de la rata y promediando el del búfalo, tendrán un nuevo mapa del mundo. “Lo que es arriba es abajo”. “El Este y el Oeste se unirán”. Dependerá del camino recorrido por cada uno en esta reencarnación la evolución o involución que tengamos para adaptarnos al ritmo militar del año del búfalo de metal. Que suenen campanas… L.S.D

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